Muchas veces se escuchó en la selva, que las ratas y las palomas, se diferencian solo por las alas (biológicamente esto no es así, pero voy a relatar el contexto para que entiendan).
Las ratas se hallan en todas partes, en la selva, en la sabana, en la nieve, etc. Las palomas en cambio, vienen de la ciudad, un lugar ajeno a la selva, pero que sin embargo siempre andan con sus picos metidos en ella.
Muchos animales de todas las partes del mapa, creen en las palomas predican el amor, porque desde el principio de los tiempos se dijo que era así. Es que han escrito una historia sobre "Columba" quien convertía las piedras en maíz y ayudaba a la bandada.
Nosotros, los humanos, mas de una vez hemos imaginado que las palomas nos dominarían. En esta historia sucede algo parecido.
Como las palomas se auto-proclaman "Predicadoras del amor" dan a entender que las ratas "Predican el odio". Y aunque no voy a negar esta situación, tampoco la voy a afirmar. No crean que el rey león, y sus gatitos, se llevan mal con las ratas y las palomas como lo hacen Tom y Silvestre con Piolin y Jerry. Ellos se llevan bien pero su relación es muy oscura, el rey solo ante los medios se opone a ellos, pero luego son los mejores amigos, formando un triangulo amistoso secreto
Yendo al punto, un día en la selva se dio un debate muy interesante. Muchos animales considerados "débiles", como las gacelas, las liebres, las ardillas, dictaminaban que las ratas, tenían acuerdos oscuros con los cazadores, en donde elegían quien debía morir, y ayudaban al cazador para que pueda matarlo. Ellos pedían que se acaben estos animalicidios, es decir, que se los proteja,
El debate se llevaba lo mas bien, con tranquilidad, hasta que las palomas metieron su pico y dijeron "Columba, murió por un cazador, y desde siempre los débiles morían en manos de cazadores, y tenía que mantenerse así". Si, las palomas eran conservadoras.
Las ratas lo negaron en todo momento y hasta algunas se pusieron alas, para predicar el "amor y el odio", lo mismo pero a la inversa hicieron las palomas, que se sacaron las alas para tener esos negocios, y ganar algo de plata.
Sin duda entre ratas y palomas la doble moral nunca falta.
El que se mantuvo al margen fue el León y su familia de gatitos, si se acaba el negocio de las ratas, , ya no habrá control sobre a quien se mata, y los mas fuertes, corren peligro. Ademas no olvidemos, que el león, también es un cazador de débiles
Las gacelas, liebres, ardillas hicieron todo lo posible, pero la hipocresía, volvió a ganar en la selva.
En esta historia todos ganan, menos los débiles, como siempre...
Nos vemos en la próxima historia, si Columba quiere...
Lo animal es político
La política internacional nos llega a todos y a todas, a nuestros hogares y trabajos. La selva no queda en el margen de esta situación. Te propongo a través de cuentos de la selva, comprender que sucede en el mundo y en países en particular. En la selva, nadie se salva. Lo animal es político
jueves, 21 de febrero de 2019
domingo, 2 de diciembre de 2018
Entre la garra y el aguijón
Todo comenzó en un panal, donde la miel que fabricaban las abejas era la más rica de toda la selva, la mas rica miel que cualquier animal podría haber probado y además, era de un color oscuro misterio. Y es por eso, que osos, venados, tigres y otros animales hacían fila para probar de la riquísima y dulce miel.
El león, rey de todos los animales, en realidad sólo de la sabana, pero su poder era tan grande que parecía gobernarlo todo. Muchos le temían, por su cara de enojado y los rugidos que se oían hasta la nieve, donde vivían los pingüinos. Aunque a ellos les gustaba burlarse de él, no le tenían tanto miedo.
Pero también provenía de la maldad de este animal, que, entre otras cosas le ordenó a las abejas que le provean toda la miel que produzcan, ya que al probarla le encantó. Las abejas, asustadas, no querían darle toda la miel al león, porque no le iban a poder convidar a los demás animales que amaban esa miel oscura, única. Entonces, una de las abejas, voló lo más rápido posible hasta la nieve, para hablar con sus amigos pingüinos, y junto a la morsa, y un cóndor andino, que vino de los andes para escuchar a su amiga abeja se reunieron. El insecto volador con aguijón contó su preocupación y juntos conversaron durante horas para encontrar una solución. Este equipo, ya había peleado contra el león, cuando junto al águila calva, el castor, el koala, y un gallo que estaba por ahí trataron de engañarlos para robarles, los pescados a los pingüinos, las montañas al cóndor andino, y ahora ¡la miel de las abejas!
La reunión finalizó, los animales, les dijeron a sus amigas abejas que tenían que enfrentarse al león y decirle estrictamente que no, la miel es de las abejas, no de un león que viene a robárselas.
Al otro día, la abeja reina, fue hasta el trono del león, y fuertemente dijo NO, a lo que éste se puso rojo de furia -no estaba acostumbrado que alguien le contradiga, y mucho menos un insecto 60 veces menor-.
Por eso, enojado, decidió encargarse de que las abejas no puedan tomar más polen de las flores, haciendo que no tengan como vivir, y muchas empezaron a enfermar. Entonces, prohibió que el búho, el doctor de los animales las ayude a sentirse mejor.
Esto hizo que el panal, comience a enloquecer, ya que no podían comer, y tampoco podían curarse, realmente, esto era la muerte para el enjambre. Pero la reina estaba decidida a proteger su dulce tesoro. Las abejas, ya no podían vivir, muchas se iban a otro panal, donde eran insultadas por pertenecer a donde la miel era la más rica, pero su colmena era la más pobre de todas. También comenzó a caer la imagen que las abejas tenían de la reina, ya que creían que esta hambruna, era por su culpa. Ya que el León había contratado a los saltamontes, los peligrosos insectos que se encargaban de contar las noticias a los animales, diciendo mentiras a las abejas que huían del panal.
La abeja reina, no aflojó ni un momento, su deber era defender la miel de su panal ante el león y sus amigos. De ese modo, todas las demás abejitas, no tenían que comer.
La reina, entre dominación o soberanía, eligió soberanía, ya que sabía que, si la perdía, terminaría igual que los rebeldes Tocororo, unas aves de color azul, blanco y rojo, que mucho tiempo estuvieron sometidas por el león y pudieron revolucionarse.
Así están las cosas por el reino de los animales, Leones, que creen que son dueños de todo, y cuando alguien se releva, no le importa quien muera, siempre consiguen lo que quieren, mientras que los pingüinos, morsas cóndores andinos, tocororos, abejas, y muchos animales que luchan cada día contra el “imperialismo” de los leones, águilas calvas, castores, koalas, gallos, etc.
No se en que terminará esta historia, quien triunfará al final, sólo sé que la situación del panal no está nada bien y que cada día son más las abejas que se van, y cada vez más el león, quiere comer de esa miel tan rica, y ahí está la abeja reina entre la espada y la pared, entre el aguijón y la garra
El león, rey de todos los animales, en realidad sólo de la sabana, pero su poder era tan grande que parecía gobernarlo todo. Muchos le temían, por su cara de enojado y los rugidos que se oían hasta la nieve, donde vivían los pingüinos. Aunque a ellos les gustaba burlarse de él, no le tenían tanto miedo.
Pero también provenía de la maldad de este animal, que, entre otras cosas le ordenó a las abejas que le provean toda la miel que produzcan, ya que al probarla le encantó. Las abejas, asustadas, no querían darle toda la miel al león, porque no le iban a poder convidar a los demás animales que amaban esa miel oscura, única. Entonces, una de las abejas, voló lo más rápido posible hasta la nieve, para hablar con sus amigos pingüinos, y junto a la morsa, y un cóndor andino, que vino de los andes para escuchar a su amiga abeja se reunieron. El insecto volador con aguijón contó su preocupación y juntos conversaron durante horas para encontrar una solución. Este equipo, ya había peleado contra el león, cuando junto al águila calva, el castor, el koala, y un gallo que estaba por ahí trataron de engañarlos para robarles, los pescados a los pingüinos, las montañas al cóndor andino, y ahora ¡la miel de las abejas!
La reunión finalizó, los animales, les dijeron a sus amigas abejas que tenían que enfrentarse al león y decirle estrictamente que no, la miel es de las abejas, no de un león que viene a robárselas.
Al otro día, la abeja reina, fue hasta el trono del león, y fuertemente dijo NO, a lo que éste se puso rojo de furia -no estaba acostumbrado que alguien le contradiga, y mucho menos un insecto 60 veces menor-.
Por eso, enojado, decidió encargarse de que las abejas no puedan tomar más polen de las flores, haciendo que no tengan como vivir, y muchas empezaron a enfermar. Entonces, prohibió que el búho, el doctor de los animales las ayude a sentirse mejor.
Esto hizo que el panal, comience a enloquecer, ya que no podían comer, y tampoco podían curarse, realmente, esto era la muerte para el enjambre. Pero la reina estaba decidida a proteger su dulce tesoro. Las abejas, ya no podían vivir, muchas se iban a otro panal, donde eran insultadas por pertenecer a donde la miel era la más rica, pero su colmena era la más pobre de todas. También comenzó a caer la imagen que las abejas tenían de la reina, ya que creían que esta hambruna, era por su culpa. Ya que el León había contratado a los saltamontes, los peligrosos insectos que se encargaban de contar las noticias a los animales, diciendo mentiras a las abejas que huían del panal.
La abeja reina, no aflojó ni un momento, su deber era defender la miel de su panal ante el león y sus amigos. De ese modo, todas las demás abejitas, no tenían que comer.
La reina, entre dominación o soberanía, eligió soberanía, ya que sabía que, si la perdía, terminaría igual que los rebeldes Tocororo, unas aves de color azul, blanco y rojo, que mucho tiempo estuvieron sometidas por el león y pudieron revolucionarse.
Así están las cosas por el reino de los animales, Leones, que creen que son dueños de todo, y cuando alguien se releva, no le importa quien muera, siempre consiguen lo que quieren, mientras que los pingüinos, morsas cóndores andinos, tocororos, abejas, y muchos animales que luchan cada día contra el “imperialismo” de los leones, águilas calvas, castores, koalas, gallos, etc.
No se en que terminará esta historia, quien triunfará al final, sólo sé que la situación del panal no está nada bien y que cada día son más las abejas que se van, y cada vez más el león, quiere comer de esa miel tan rica, y ahí está la abeja reina entre la espada y la pared, entre el aguijón y la garra
jueves, 21 de abril de 2016
Un visitante inesperado
Era un día como todos en la selva. donde estaba todo tranquilo, las abejas hacían su miel, el león y su familia de gatitos disfrutaban de sus lujos, la hormiga trabajaba como siempre.
En un momento dado, todos frenaron sus actividades, ya que detrás de los abedules, apareció muy lentamente un pingüino, cosa rara en la selva. Los animales se dieron vuelta y preguntaron al unísono
-¿Qué haces acá?- Expresando su curiosidad
Él respondió orgulloso, dijo que tenía ideales y convicciones. Él traía un sueño.
Toda la selva expectante lo escuchaba, ya que hace rato nadie los trataba con tanta calidez, y paradójicamente, esa calidez venía de un pingüino.
Al mismo tiempo había muchos animales que decidieron no escucharlo, ya que aspiraban ser como el León, del norte. Quien les había prometido una selva de oportunidades. Los camellos que desde el desierto escuchaban al animal con melena decían "Este nos propone otra tierra prometida"
Desde la llegada del pingüino a la selva, todo había empezado a cambiar, los animales, volvían a tener esperanza y sueños.
En un momento dado, todos frenaron sus actividades, ya que detrás de los abedules, apareció muy lentamente un pingüino, cosa rara en la selva. Los animales se dieron vuelta y preguntaron al unísono
-¿Qué haces acá?- Expresando su curiosidad
Él respondió orgulloso, dijo que tenía ideales y convicciones. Él traía un sueño.
Toda la selva expectante lo escuchaba, ya que hace rato nadie los trataba con tanta calidez, y paradójicamente, esa calidez venía de un pingüino.
Al mismo tiempo había muchos animales que decidieron no escucharlo, ya que aspiraban ser como el León, del norte. Quien les había prometido una selva de oportunidades. Los camellos que desde el desierto escuchaban al animal con melena decían "Este nos propone otra tierra prometida"
Desde la llegada del pingüino a la selva, todo había empezado a cambiar, los animales, volvían a tener esperanza y sueños.
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