Todo comenzó en un panal, donde la miel que fabricaban las abejas era la más rica de toda la selva, la mas rica miel que cualquier animal podría haber probado y además, era de un color oscuro misterio. Y es por eso, que osos, venados, tigres y otros animales hacían fila para probar de la riquísima y dulce miel.
El león, rey de todos los animales, en realidad sólo de la sabana, pero su poder era tan grande que parecía gobernarlo todo. Muchos le temían, por su cara de enojado y los rugidos que se oían hasta la nieve, donde vivían los pingüinos. Aunque a ellos les gustaba burlarse de él, no le tenían tanto miedo.
Pero también provenía de la maldad de este animal, que, entre otras cosas le ordenó a las abejas que le provean toda la miel que produzcan, ya que al probarla le encantó.
Las abejas, asustadas, no querían darle toda la miel al león, porque no le iban a poder convidar a los demás animales que amaban esa miel oscura, única. Entonces, una de las abejas, voló lo más rápido posible hasta la nieve, para hablar con sus amigos pingüinos, y junto a la morsa, y un cóndor andino, que vino de los andes para escuchar a su amiga abeja se reunieron.
El insecto volador con aguijón contó su preocupación y juntos conversaron durante horas para encontrar una solución. Este equipo, ya había peleado contra el león, cuando junto al águila calva, el castor, el koala, y un gallo que estaba por ahí trataron de engañarlos para robarles, los pescados a los pingüinos, las montañas al cóndor andino, y ahora ¡la miel de las abejas!
La reunión finalizó, los animales, les dijeron a sus amigas abejas que tenían que enfrentarse al león y decirle estrictamente que no, la miel es de las abejas, no de un león que viene a robárselas.
Al otro día, la abeja reina, fue hasta el trono del león, y fuertemente dijo NO, a lo que éste se puso rojo de furia -no estaba acostumbrado que alguien le contradiga, y mucho menos un insecto 60 veces menor-.
Por eso, enojado, decidió encargarse de que las abejas no puedan tomar más polen de las flores, haciendo que no tengan como vivir, y muchas empezaron a enfermar. Entonces, prohibió que el búho, el doctor de los animales las ayude a sentirse mejor.
Esto hizo que el panal, comience a enloquecer, ya que no podían comer, y tampoco podían curarse, realmente, esto era la muerte para el enjambre. Pero la reina estaba decidida a proteger su dulce tesoro. Las abejas, ya no podían vivir, muchas se iban a otro panal, donde eran insultadas por pertenecer a donde la miel era la más rica, pero su colmena era la más pobre de todas. También comenzó a caer la imagen que las abejas tenían de la reina, ya que creían que esta hambruna, era por su culpa. Ya que el León había contratado a los saltamontes, los peligrosos insectos que se encargaban de contar las noticias a los animales, diciendo mentiras a las abejas que huían del panal.
La abeja reina, no aflojó ni un momento, su deber era defender la miel de su panal ante el león y sus amigos. De ese modo, todas las demás abejitas, no tenían que comer.
La reina, entre dominación o soberanía, eligió soberanía, ya que sabía que, si la perdía, terminaría igual que los rebeldes Tocororo, unas aves de color azul, blanco y rojo, que mucho tiempo estuvieron sometidas por el león y pudieron revolucionarse.
Así están las cosas por el reino de los animales, Leones, que creen que son dueños de todo, y cuando alguien se releva, no le importa quien muera, siempre consiguen lo que quieren, mientras que los pingüinos, morsas cóndores andinos, tocororos, abejas, y muchos animales que luchan cada día contra el “imperialismo” de los leones, águilas calvas, castores, koalas, gallos, etc.
No se en que terminará esta historia, quien triunfará al final, sólo sé que la situación del panal no está nada bien y que cada día son más las abejas que se van, y cada vez más el león, quiere comer de esa miel tan rica, y ahí está la abeja reina entre la espada y la pared, entre el aguijón y la garra